Blanca Sellés es enfermera de familia, con 35 años de desarrollo profesional. Además ha trabajado en diferentes campos como la docencia, la gestión, la investigación y también en el ámbito asistencial.
Su último desempeño ha sido en el C. S. Reina Victoria de Madrid donde desarrolló competencias enfermeras relacionadas con la prevención, promoción, asistencia en las diferentes etapas de la vida. En estas diferentes etapas también se incluye el final de vida, desde la atención de los Cuidados Paliativos a domicilio.
Blanca destaca que es enfermera “de siempre” y “para siempre”.
Queremos mencionar que, casualmente, la protagonista de este post y yo compartimos apellido pero, que sepamos, no nos une ningún vínculo familiar. Tal vez algún antepasado muy lejano.
Sra. Sellés, ante todo, muchas gracias por aceptar esta entrevista. Como dijimos en nuestro primer post, nos parece muy interesante y enriquecedor conocer la visión que tienen sobre la musicoterapia otros profesionales del ámbito de la salud.
Para empezar, ¿Conoce la musicoterapia? En caso afirmativo ¿de qué manera o por qué la ha conocido?
Si, la he conocido, no en profundidad , por verla aplicar a pacientes con deterioro cognitivo y en mi misma cuando recibí quimioterapia. Indirectamente, pues no se si se puede considerar musicoterapia, personalmente he utilizado música en talleres que he impartido de relajación.
Igualmente he leído artículos referentes a esta terapia.
¿Cree que la Musicoterapia puede ser beneficiosa a los pacientes y/o familares de su área?
Si. Aún desconociendo esta terapia en profundidad, entiendo que sería beneficiosa por ejemplo para grupos de cuidadores tanto para ellos, como para que lo apliquen en sus familiares que cuidan.
La música recrea momentos de la memoria antigua que hace que los pacientes canten, sonrían, es decir que provoca una estimulación que por lo que he visto siempre producen reacciones felices.
En países como Estados Unidos, Canadá, China, Brasil, Australia o Reino Unido la figura del musicoterapeuta es habitual en hospitales, incluso algunos institutos nacionales de salud editan guías clínicas que recomiendan la musicoterapia como terapia complementaria. En España la situación es muy diferente, aunque luchamos para que la musicoterapia tenga el reconocimiento que se merece. ¿Cual es su opinión al respecto?
Creo, evidentemente, que toda aquella terapia complementaria que no sea sustitutiva de la terapia médica que esté recibiendo el paciente es beneficiosa.
En nuestro país se ha generado un movimiento importante en contra de las terapias “mal llamadas alternativas” y han metido en el mismo saco todo tipo de terapias, que entiendo pueden ser COMPLEMENTARIAS; por tanto cualquier novedad cuesta que se implante.
Bien es cierto que cada vez entra más: deterioro cognitivo, terapias contra el cáncer, UCIs … ¡Yo soy optimista!
¿Pondría un/una musicoterapeuta en su equipo?
Las características actuales y reales de la Atención Primaria en los Centros de Salud de Madrid, no permite plantear esta posibilidad. Hay una gran destrucción de la Sanidad Pública y de momento necesitamos profesionales de otras categorías y recuperar los Centros de Salud.
El último año ha sido muy duro para todos pero especialmente para ustedes, los profesionales sanitarios. En determinados centros la figura del/la musicoterapeuta también ha ayudado a médicos, enfermeras, auxiliares, psicólogos, celadores… a gestionar la ansiedad, la depresión o el estrés. ¿Ha sido su caso?
No
¿Qué cree que puede aportar la Musicoterapia y la figura del / la musicoterapeuta al ámbito sanitario español en general?
Pues desde mi punto de vista es una terapia complementaria, como decía anteriormente, que aporta felicidad a los pacientes con deterioro cognitivo, distracción y relajación en terapias contra el cáncer, y estoy segura que en grupo de cuidadores y en pacientes en final de vida puede ayudar a producir relajación, tranquilidad, unión con el paciente …
Como última cuestión le pedimos que comparta con #MTi alguna canción, melodía u obra musical que sea significativa para usted. Las añadiremos a la playlist que empezamos con la primera entrevista de Otras miradas.
Una canción, que me acompañó personalmente desde el diagnóstico de cáncer y que bailaba en la habitación del hospital cuando entró el compañero celador para bajarme al quirófano, fue “Vivir mi vida” de Marc Antony.
Luego, para favorecer momentos de relajación y reflexión escuché mucho ésta: Dimitri Shostakovich: Piano Concerto No.2 in F major Op 102: II Andante , que descubrí gracias al pianista James Rhodes.
“Acabo de parir y ahora, ¿quién me cuida a mí?” El País, 5 de abril de 2017
Blanca Sellés en Twitter