Estudio sobre la idoneidad de la investigación cualitativa en musicoterapia en cuidados paliativos.
Los cuidados paliativos se centran en los cuidados especializados para atender las necesidades específicas de cada persona para maximizar su calidad de vida. Por sus características hay estudiosos que cuestionan que los ensayos controlados aleatorizados no sean tan eficaces o relevantes como con otras poblaciones. El artículo que aquí presentamos recoge artículos centrados en la práctica creativa para evaluar la efectividad de la musicoterapia en pacientes en final de vida.
Para el estudio se han examinado dos componentes de la práctica diaria musicoterapéutica:
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las percepciones de pacientes, visitantes, cuidadores y las percepciones de los propios musicoterapeutas.
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letras de las canciones de los pacientes.
El estudio se basa en datos recogidos de percepciones retrospectivas sobre la musicoterapia a través de revistas científicas, cuestionarios semiestructurados, entrevistas, grupos focales, incluída la supervisión grupal reflexiva. También se han incluído los datos obtenidos a partir de registros de otros terapeutas.
Así, frente a las críticas de algunos científicos a la investigación cualitativa diciendo que puede estar sesgada por querer el propio investigación resultados positivos, los autores de este artículo contestan que los investigadores cualitativos se autoanalizan contínuamente a través de cada aspecto de la investigación y reconocen los posibles efectos de cada uno en la investigación. Ofrecen sus propias interpretaciones y, a veces, las de los pacientes, familiares y profesionales sanitarios.
Los autores defienden que los investigadores cualitativos se aseguran de que sus resultados sean fiables y sean resultado de un tratamiento riguroso, sometiéndose incluso en ocasiones a auditorías o a otros evaluadores, como así han hecho en el estudio aquí presentado.
Como conclusión, los autores animan a los y las musicoterapeutas a incluir en las investigaciones, de forma ética y significativa, las voces de los propios musicoterapeutas pero también de pacientes, cuidadores y familiares.
Artículo publicado por C. O’Callaghan y P. Barry en 2010.
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